EL CÓLICO DEL LACTANTE

Uno de los momentos más increíbles de la vida es la llegada de nuestro bebé.
Las primeras semanas son un poco difíciles en cuanto a la adaptación, nuestra y del bebé. Cada vez que llora nos preocupa, y sabemos que necesita nuestra atención. Pero… ¿cómo sé que mi bebé llora porque padece cólico?

En primer lugar hemos de saber que el cólico del lactante se da en niños sanos. Es decir, que aunque lo padezca, nuestro hijo/a es totalmente sano. Sus principales características son:

– Es un llanto intenso, que aparece desde las primeras semanas de vida hasta los 3 – 4 meses. Es muy frecuente, pero no es una enfermedad.
– Comienza a llorar con mucha energía. Se pone rojo y observamos cómo «aprieta», como intentando expulsar gases.
– Parece que tiene hambre. En realidad lo que le ocurre es que con la succión se activan sus movimientos peristálticos intestinales (el movimiento propio del intestino que hace que las heces y los gases se movilicen hasta ser expulsados) Por ello muchas veces se tiene la costumbre de ponerlo al pecho, pensando que quiere comer. Piensa que de esta manera estamos empeorando su malestar, ya que su aparato digestivo no descansa lo suficiente entre toma y toma.
– Lo más frecuente es que empiece por la tarde o tarde – noche, y al pasar unas horas, se le quita de repente. Observamos también que el resto del día es un bebé contento.

Se recomienda espaciar las tomas, que no coman de forma muy continuada. También cogerlo boca abajo, aplicarle masaje abdominal, o flexionar y extender sus piernas para facilitarle la expulsión de gases. En muchas ocasiones va asociado a estreñimiento.

En osteopatía abordamos su tratamiento desde distintos ámbitos:

TRATAMIENTO VISCERAL

Con este tratamiento lo que hacemos es relajar los espasmos que le producen el cólico. Con diversas técnicas manuales le vamos dando alivio a dichos espasmos. Es un tratamiento totalmente inofensivo y sin ninguna contraindicación

TRATAMIENTO CRANEAL Y CRANEO – SACRO

Durante el parto son muchas las presiones que recibe en su cráneo. En ocasiones, por la propia manipulación de su cabeza a la hora de nacer, se puede producir lo que en osteopatía llamamos un «cierre del agujero rasgado posterior». Por dicho agujero sale el nervio vago, que se encarga de la inervación del aparato digestivo, y puede tener algún disturbio a la salida.
Otras veces, en los casos de cesárea, el hecho de no haber pasado por el canal del parto también provoca ciertos desequilibrios craneales.

También regularemos su «ritmo craneo – sacro».
Se trata de una terapia manual muy suave, basada en el movimiento rítmico, coordinado y muy sutil de los huesos craneales y el sacro, que están relacionados a través de las membranas que recubren nuestro Sistema Nervioso Central, las meninges (especialmente la duramadre), y el líquido que albergan, llamado líquido céfalo – raquídeo.Es muy agradable, y normalmente les relaja mucho, facilitándoles también el descanso.

TRATAMIENTO A NIVEL VERTEBRAL

Bombearemos también de forma suave aquellos niveles vertebrales desde los que salen los nervios que se encargan del aparato digestivo.

Con este tratamiento múltiple y algunos consejos, el bebé mejora en pocas sesiones. Así conseguirá descansar plácidamente sin padecer esos desagradables «retortijones».

M. Mar García Gallego
Fisioterapeuta
Osteópata C.O.

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